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Violators will be prosecuted. Enjoy!

martes, 4 de febrero de 2014

La rata

-Maldita rata asquerosa...  -murmuró con la escoba en alto. 

-No es una rata, es un ratón -le corrigieron desde algún lugar de la casa. La voz le llegó amortiguada, porque eso es una cosa que le pasa mucho al sonido: no es capaz de atravesar grandes distancias con obstáculos de por medio sin perder parte de su volumen inicial.

-No es una rata, es un ratón -repitió él con una vocecita aguda y burlona, frunciendo la cara y moviendo los hombros al compás de las palabras, como estáis haciendo vosotros ahora. 

-Te he oído -escuchó esta vez desde mucho más cerca. -Y es verdad, no es una rata, es un ratón. 

-¿Cómo lo sabes, doña listilla?

-Porque sí, porque son distintos. La rata...

-... va a morir. 

-Pero es que eso no es una rata. Es un ratón. Se llama Ratón. 

-¿Lo conoces? 

-Claro, siempre está por ahí, correteando con sus patitas y moviendo sus bigotitos y haciendo ñiñiñiñiñi. Las ratas no hacen ñiñiñiñi. 

-No digas gilipolleces, claro que hacen ñiñiñiñi. Y son gigantescas y transmiten el cáncer. 

-¿Es gigantesca esa supuesta rata que quieres matar? 

-No. 

-¡Porque no es una rata, es un ratón!

-Será un bebé rata todavía. O un pony rata. Sí, no te lleves las manos a la cabeza, existen. 

-¿Y qué son? ¿Un cruce de caballo con rata? 

-No, claro que no. A veces pienso que eres retrasada. Sí, ponte a llorar. Buahh, buahh, soy tonta y no conozco más animales que el ratón y la rata, buahhh. 

-Jo, papá...

-De papá nada. Vuelve a hacer los deberes y déjame tranquilo. Casi la tenía cuando llegaste.